En la comparecencia ofrecida tras la reunión del Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha anunciado que el Gobierno derogará el próximo viernes "con carácter urgente", el Decreto Ley sobre la conducción de agua desde Tarragona a Barcelona, si se confirma que la situación de excepcionalidad en Cataluña que motivó su aprobación ha finalizado.
De la Vega, que ha reconocido que "las razones para la emergencia han llegado ya a su fin", ha explicado que la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, se reunirá "de inmediato" con responsables de la Generalitat para fijar definitivamente los criterios.
La vicepresidenta ha explicado que Espinosa presentó al Consejo un informe sobre la situación hidrológica en Cataluña, siguiendo el mandato contemplado en el Real Decreto Ley aprobado hace "exactamente" 43 días. "Afortunadamente, y de acuerdo con el informe, en poco más de mes y medio la situación ha cambiado, ha comenzado a llover".
En todo caso, ha asegurado que el decreto recogía medidas "excepcionales y urgentes" para el suministro de agua, ya que "dado el grado de sequía y la escasez de lluvias que se estaba produciendo, si el Gobierno no se ponía en marcha entonces, "los ciudadanos de Barcelona se podrían haber encontrado en el mes de octubre sin agua para beber".
De la Vega, que ha reconocido que "las razones para la emergencia han llegado ya a su fin", ha explicado que la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, se reunirá "de inmediato" con responsables de la Generalitat para fijar definitivamente los criterios.
La vicepresidenta ha explicado que Espinosa presentó al Consejo un informe sobre la situación hidrológica en Cataluña, siguiendo el mandato contemplado en el Real Decreto Ley aprobado hace "exactamente" 43 días. "Afortunadamente, y de acuerdo con el informe, en poco más de mes y medio la situación ha cambiado, ha comenzado a llover".
En todo caso, ha asegurado que el decreto recogía medidas "excepcionales y urgentes" para el suministro de agua, ya que "dado el grado de sequía y la escasez de lluvias que se estaba produciendo, si el Gobierno no se ponía en marcha entonces, "los ciudadanos de Barcelona se podrían haber encontrado en el mes de octubre sin agua para beber".